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Alexis Quintar- La historia entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y México viene de larga data, ya que ha desempeñado un papel preponderante, ayudándolo a abordar cuestiones relacionadas con la deuda pública, la política fiscal, la política monetaria y la estabilidad del sector financiero. Recordemos que el país cuenta con una economía diversa y en constante evolución, que se basa en gran medida en la exportación de productos manufacturados, así como en la producción de petróleo y gas natural. En términos de comercio internacional, México es miembro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), junto con Canadá y Estados Unidos, así como de la Alianza del Pacífico, que incluye a países como Chile, Colombia y Perú.
También ha firmado acuerdos de libre comercio con numerosos otros países, lo que ha ayudado a diversificar sus exportaciones y fortalecer su posición en la economía global. Cabe mencionar que en junio de 2020, el FMI aprobó un acuerdo de línea de crédito flexible de dos años con México por $ 61 mil millones de dólares para apoyar las políticas económicas del país frente a la pandemia de COVID-19. El FMI elogió el sólido marco de políticas de México, incluida su disciplina fiscal, el régimen de metas de inflación, el tipo de cambio flexible y un sector financiero sólido, que han ayudado al país a sobrellevar el impacto de la pandemia.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el crecimiento del PBI en México sería de 1.8 por ciento para este año, en referencia al 1.7 por ciento estimado en enero. Para este 2024, el FMI espera que la segunda potencia económica de Latinoamérica se desacelere para crecer 1,6%, con esto se espera que México crezca 3% este año y el siguiente. Quien se refirió a este tema fue Pierre-Olivier Gourinchas, el director del Departamento de Estudios del FMI, el cual mediante un comunicado sostuvo: “La recuperación gradual de la economía mundial tanto de la pandemia como de la invasión de Rusia a Ucrania sigue en marcha. La economía china se está recuperando con fuerza con su reapertura. Las interrupciones en la cadena de suministro se están reduciendo, mientras que las interrupciones en los mercados de energía y alimentos causadas por la guerra están retrocediendo”.
Del mismo modo, Gourinchas reconoció que la inestabilidad bancaria genera que el contexto siga siendo muy débil. “De nuevo, vuelven a predominar los riesgos a la baja y se han nublado las perspectivas económicas mundiales. La desaceleración económica de este año se concentra en las economías avanzadas, en especial en el Reino Unido, donde se prevé que el crecimiento caiga, respectivamente, a 0.8 por ciento y – 0,3 por ciento este año, para repuntar después a 1.4 y 1.0 por ciento”, puntualizó el director del Departamento de Estudios del FMI. Igualmente, desde el organismo internacional agregaron: “Las posiciones de liquidez y capital generalmente sólidas de los bancos sugirieron que podrían absorber los efectos del endurecimiento de la política monetaria y adaptarse sin problemas. Sin embargo, algunas instituciones financieras con modelos de negocios que dependían en gran medida de la continuación de las tasas de interés nominales extremadamente bajas de los últimos años se han visto sometidas a una gran tensión, ya que no estaban preparadas o no podían adaptarse al rápido ritmo de aumento”.
En el mismo contexto, Gourinchas habló sobre la expectativa de la inflación global, la cual se ubica en 7.0 en el 2023 y de un 4.9 por ciento en el 2024. “El endurecimiento masivo y sincronizado de la política monetaria por parte de la mayoría de los bancos centrales debería comenzar a dar sus frutos, con la inflación retrocediendo hacia los objetivos. La inflación es mucho más rígida de lo previsto. Si bien la inflación mundial ha disminuido, eso refleja principalmente la fuerte reversión de los precios de la energía y los alimentos. Pero la subyacente, que excluye energía y alimentos, aún no ha tocado techo en muchos países”, se puede leer en un comunicado que emitió el FMI. En síntesis, para México, el FMI prevé que la inflación cierre el 2023 con un 5.0 por ciento; el cual actualmente está en 6.9 por ciento anual.
Para las economías de mercados emergentes y en desarrollo, las perspectivas económicas son, en promedio, más sólidas que para las economías avanzadas, pero estas perspectivas varían más entre las regiones. En los países en desarrollo de bajos ingresos, como algunos países en África, se espera que el PBI crezca un 5,1%, en promedio, durante 2023–24, pero el crecimiento del ingreso per cápita proyectado promedia solo 2,8% en ese mismo periodo. Esto es por debajo del promedio de las economías de ingresos medios como México, en donde se espera suba un 3,2%, apunta el reporte. No obstante, México no superará el 2% según las estimaciones del FMI, ya que se estima un incremento económico de 1.9 por ciento, y para los años 2026, 2027 y 2028 la perspectiva es de 1.8 por ciento. “Un retorno de la economía mundial al ritmo del crecimiento económico que prevalecía antes de la serie de shocks en 2022 y la reciente turbulencia del sector financiero es cada vez más difícil de lograr”, indicaron en el informe que emitió el organismo internacional. El FMI ha elogiado los esfuerzos del gobierno mexicano, pero también ha señalado la necesidad de una mayor reforma estructural y una mejora en la eficiencia del gasto público para impulsar un crecimiento sostenible y equitativo.
