jueves, 2 𝗱𝗲 mayo, 2024
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“Un conflicto armado interno”: Ecuador atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia

Foto: Archivo

Alexis Quintar- La tensión y la violencia en Ecuador han alcanzado niveles alarmantes, llevando al presidente Daniel Noboa a tomar medidas drásticas. La declaración de un estado de excepción el pasado lunes fue seguida por una escalada aún mayor cuando una banda armada irrumpió en vivo en el canal de televisión TC Televisión el martes 9 de enero. El ataque, ocurrido durante la transmisión en vivo del noticiero de TC Televisión, dejando atónitos a espectadores y testigos. Hombres armados ingresaron al estudio con ametralladoras, cubriéndose sus rostros, sembrando pánico entre periodistas, productores y técnicos. Cabe indicar que el estado de excepción se declara en situaciones como desastres naturales, disturbios graves, conflictos bélicos, pandemias o amenazas serias a la seguridad nacional. Esto puede implicar la suspensión temporal de ciertos derechos civiles, el establecimiento de toques de queda, censura, restricciones a la libertad de movimiento o de reunión, entre otras medidas, dependiendo de la gravedad y naturaleza de la emergencia.

La escena, marcada por disparos y granadas exhibidas ante las cámaras, obligó a la interrupción inmediata de la emisión del canal, generando la evacuación del personal en otros medios como Vistazo y Ecuavisa. Este dramático incidente es solo la punta del iceberg de una creciente ola de violencia en un país que antes era considerado tranquilo. Ecuador ha enfrentado desafíos en materia de seguridad, agravados por el control de pandillas en cárceles, secuestros de policías y episodios de violencia indiscriminada.

La situación se ha agravado desde el impacto de la pandemia de coronavirus en la economía y la seguridad. Las cifras oficiales del gobierno señalan un alarmante incremento en muertes violentas, alcanzando los 8,008 decesos en 2023, casi el doble de las registradas en 2022. La contienda presidencial del año pasado se vio empañada por el asesinato de un candidato anticorrupción, evidenciando un preocupante panorama de inseguridad.

Las cárceles ecuatorianas han sido terreno fértil para el crecimiento del poder de pandillas, causando una escalada en la violencia dentro y fuera de estos centros penitenciarios. Guayaquil, la ciudad más grande del país, se encuentra sumida en una situación de alta peligrosidad, siendo sus puertos focos de actividad relacionada con el tráfico de drogas.

El presidente Noboa ha respondido con su “Plan Fénix” para la seguridad, buscando contrarrestar este espiral de violencia. Sin embargo, enfrenta una tarea monumental, estimada en unos 800 millones de dólares, parte de los cuales serán proporcionados por Estados Unidos en forma de armamento para el ejército. La situación en Ecuador sigue siendo incierta, ya que el presidente enfrenta la difícil tarea de contener la violencia y restaurar la seguridad en un país sacudido por bandas criminales y una situación carcelaria descontrolada.

¿Qué causó el estallido de violencia en Ecuador?

El país se encuentra en un estado de tensión y agitación debido a una serie de eventos que han desencadenado episodios violentos sin precedentes en prisiones y calles ecuatorianas. La desaparición de Adolfo Macías, líder de la banda criminal “Los Choneros”, de la prisión donde cumplía una condena de 34 años, ha desencadenado una ola de disturbios en múltiples cárceles del país.

Los sucesos de violencia comenzaron con la toma de al menos seis prisiones a partir del lunes, donde alrededor de 150 guardias y personal de seguridad fueron tomados como rehenes por los prisioneros. En uno de los incidentes más notorios, 39 reclusos lograron escapar de una prisión en Riobamba, aunque algunos han sido recapturados posteriormente.

La situación dio un giro alarmante el martes cuando la violencia se extendió a las calles. Siete agentes de policía fueron secuestrados en varios incidentes en todo el país y se confirmaron cinco explosiones en diferentes ciudades, aunque afortunadamente no hubo heridos reportados. El presidente Daniel Noboa ha atribuido esta oleada de violencia a los planes de su gobierno de construir una nueva prisión de alta seguridad para los líderes de pandillas encarcelados. Noboa, firme en su postura, ha declarado que no negociará con lo que él ha denominado “terroristas”.

Estos eventos han sumido al país en un espiral de caos y tensiones, desafiando las autoridades mientras intentan contener la situación y localizar a Adolfo Macías, cuya desaparición parece haber sido el detonante de estos acontecimientos. La incertidumbre prevalece en Ecuador, mientras el gobierno busca restablecer el orden y la seguridad en medio de una crisis desencadenada por la desaparición del líder criminal y la respuesta violenta que ha sacudido prisiones y calles en todo el país.

Ecuador: Medidas drásticas del gobierno ante la escalada de violencia

El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha dado un paso sin precedentes en la lucha contra la creciente agitación y violencia que sacuden al país. La fuga del líder de la banda criminal “Los Choneros” desencadenó una serie de disturbios en las prisiones ecuatorianas, llevando a Noboa a declarar un estado de emergencia de 60 días y a desplegar patrullas militares, incluso dentro de las cárceles, así como a instaurar un toque de queda a nivel nacional.

En una decisión sorprendente, el presidente Noboa reconoció la existencia de un “conflicto armado interno” en Ecuador y catalogó a varias bandas criminales, incluyendo a “Los Choneros”, como grupos terroristas. A través de un decreto presidencial, identificó a 22 bandas del crimen organizado transnacional como “organizaciones terroristas”, ordenando a las Fuerzas Armadas neutralizar estos grupos.

A pesar de las críticas recibidas por parte de algunos sectores de la ciudadanía, Noboa planea llevar a cabo un plebiscito centrado en cuestiones de seguridad a finales de este año. Este referéndum incluiría interrogantes sobre la revocación de la prohibición de extradición de ecuatorianos buscados en el extranjero y la posibilidad de confiscar activos de presuntos delincuentes.

Las autoridades ecuatorianas han adoptado una postura firme contra el crimen organizado, identificando grupos criminales y tomando medidas militares contundentes para neutralizarlos. Estos movimientos buscan restaurar la seguridad y la paz en un país afectado por la fuga de líderes delictivos y la consecuente ola de violencia. El presidente busca con estas acciones poner fin a la escalada de violencia y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, encaminando a Ecuador hacia la estabilidad deseada.

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