viernes, 17 𝗱𝗲 mayo, 2024
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Centroamérica: La materia pendiente de los Estados Unidos

Foto: Archivo

Alexis Quintar- Hace unos meses, la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, se distanció de la administración de Donald J. Trump sobre la migración indocumentada y explicó que lo mejor es reducir la corrupción y el despotismo en Centroamérica en vez de crear muros y deportar menores de manera indiscriminada. “Si vamos a ser efectivos, si vamos a ser fieles a nuestros principios, debemos erradicar la corrupción dondequiera que exista. Esa es una de nuestras principales prioridades”, manifestó Harris en el Palacio Nacional de Guatemala, junto al presidente, Alejandro Giammattei. 

No obstante, en las últimas horas, Harris recibió un duro revés, puesto que el gobernador de Texas, Greg Abbott, le dedicó un fuerte tweet en donde dejó en claro que el problema de la migración no se puede controlar. “La vicepresidenta Harris afirma que nuestra frontera es segura y niega la crisis. Estamos enviando inmigrantes a su patio trasero para pedir a la administración de Biden que haga su trabajo y asegure la frontera”, escribió Abbot en su cuenta oficial de Twitter el 15 de septiembre pasado.

Según trascendió, los inmigrantes llegaban desde Venezuela, Colombia, Panamá, Cuba, Guyana y Nicaragua. “Fueron literalmente arrojados como basura humana frente a la casa de la vicepresidenta. Eso es anticristiano, antiestadounidense y algo que no debería permitirse”, comentó el presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, Domingo García, a medios locales el jueves pasado. La Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, en las últimas semanas, registró más de 600 mil detenidos provenientes de varios países de Centroamérica como Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. En los primeros meses de este año se registró un nuevo récord y se informó que hubo un aumento del 4% de inmigrantes en la administración de Biden.

Por ejemplo, en Guatemala, uno de los países con más habitantes de América Central, sufren con el mandato de Giammattei, quien habría arrasado sistemáticamente con instituciones independientes, ya que ha puesto tras las rejas, desterrado o callado a jueces, fiscales, periodistas y activistas. “Todo lo que ha hecho Estados Unidos para crear las condiciones para estabilizar y mejorar la región no ha dado resultados”, dijo, sin filtros, Manfredo Marroquín, director de Acción Ciudadana, una agrupación política que busca eliminar la corrupción en Guatemala.

Otra de las regiones que vive momentos de alta tensión es Nicaragua, con el presidente Daniel Ortega, quien está en el poder desde 2007. El firme y autoritario régimen de Ortega privó de su libertad o echó del país a cualquier persona que se opuso al gobierno y por ende convirtió a Nicaragua en un estado totalitario. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), este viernes 16 de septiembre, realizó una fuerte denuncia contra Daniel Ortega, ya que habría tomado como “rehenes” a familiares de integrantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional. 

“Este comportamiento delincuencial no tiene precedentes en la historia, no es característico de ninguna dictadura, posee los ribetes de un secuestro donde el secuestrador se apodera de víctimas inocentes, las toma como rehenes para lograr capturar a la persona a quien quiere secuestrar”, narra el comunicado que emitió el Cenidh. Al mismo tiempo, desde dicho organismo fueron tajantes al hablar del nuevo dictamen de Ortega: “A nivel nacional se ha desatado una estrategia de acoso, persecución, amenazas, e incluso detenciones arbitrarias de integrantes del partido y sus familiares. Se registran más de 10 al cierre de esta nota”.

Por su parte, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien hace unos días anunció que buscará su reelección en el 2024 a pesar de la prohibición de la constitución salvadoreña, tiene graves conflictos en su región. Su lucha para erradicar las pandillas lo ha dejado en el centro de las críticas y eso quedó evidenciado en las penas carcelarias para los detenidos. En dicho país, un niño de 12 años que sea parte de alguna pandilla podría llegar a estar tras las rejas hasta diez años y si el delincuente tiene 16 podrá ser condenado por más de 20 años de prisión.

Por esta razón, Bukele se enfrenta a multitudinarias marchas de organizaciones de la sociedad civil por consideran que estas acciones tomadas por el gobierno son demasiado severas e incumplirían en gran parte la Declaración Universal de Derechos Humanos. Natalia Ponce, investigadora del observatorio Universitario de Derechos Humanos, calificó de “bastante infernales” los tratos a los detenidos. “Las golpizas en las cárceles o bartolinas, agresiones físicas de otros internos y negligencia en la atención médica son crueles, inhumanas y degradantes”, indicó Ponce. No obstante, Nayib aseguró que gracias a este tipo de métodos tan criticados se está a “punto de ganar” la “guerra contra las pandillas”.

Una de las regiones que disfruta de una “nueva democracia” es Costa Rica, con el presidente recién electo, Rodrigo Chaves, el cual enfrenta un duro momento. Al parecer, al gobierno de Chaves no le gusta escuchar ninguna opinión en contra de su mandato y arremete contra los periodistas que investigan a fondo las acusaciones que recaen sobre su persona por acoso sexual y mala administración financiera, a los cuales llama “ratas”. Recordemos que a poco de haber asumido, Chaves tuvo intenciones de destruir dos de los principales medios de comunicación de Costa Rica, como lo son el diario La Nación y la señal privada Canal 7. El 8 de julio, ordenó el cierre de Parque Viva, el centro deportivo y de entretenimiento ubicado en Alajuela, del cual era dueño el Grupo Nación. 

El mandatario argumentó que dicho predio producía problemas con el tránsito en toda la zona cuando se realizaban eventos. Muchos periodistas costarricenses habrían asegurado que el cierre del Parque Viva por parte de Chaves es un claro intento de querer desestabilizar la economía del diario La Nación, ya que los ingresos que generaba el predio eran muy importantes. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) alzó su voz y calificó esta acción del presidente como “un acto de amedrentamiento indirecto y una campaña de descrédito en contra del medio”. 

Sin duda son días de mucha incertidumbre en la gran mayoría de los países de Centroamérica, ya que la nula estabilidad económica y la ausencia de los derechos humanos la convierten en una región en donde reina el desconcierto. Desde hace mucho tiempo el gobierno de Estados Unidos se comprometió con la construcción de un estado de derecho en América Central, pero hasta el momento no lo ha logrado.

Lo único que se tiene en claro es que el pueblo Latino posee un espíritu inquebrantable, puesto que ha sabido superar escollos mucho más complejos que los delirios del mandatario de turno y a pesar de todo siempre miró hacia adelante soñando con un futuro mejor que, sin dudas, pronto llegará.

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