sábado, 18 𝗱𝗲 mayo, 2024
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Ron Osborne por el Distrito 64: El desarrollo no será totalmente exitoso sin la conservación de lo que hace que valga la pena vivir aquí

Leah Carlson- El 8 de noviembre se realizan los comicios generales en Estados Unidos y una de las muchas elecciones que tendrá lugar en esta fecha es la de los 120 escaños de la Cámara de Representantes de Carolina del Norte. Uno de los candidatos para esta instancia legislativa es el demócrata Ron Osborne, quien espera llevar la voz de los habitantes del Distrito 64 a la Cámara. Se enfrenta al republicano Dennis Riddell quien actualmente ocupa este escaño.

Osborne, nativo de Greensboro, se graduó de ingeniero en 1983 en la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Se ha desempeñado como gerente de Preparación para Emergencias en el Sistema de Distribución Eléctrica de Duke Energy en Carolina del Norte y Carolina del Sur y es miembro del NC Institute of Political Leadership. Actualmente jubilado opera junto a su familia una pequeña granja en el condado de Alamance donde crió a sus tres hijos.

Osborne es practicante de la religión cuáquera, una fé que, según confiesa, le ha obligado a creer en la posibilidad de un mundo en el que todos tengan un lugar en la mesa y en el que todos se beneficien cuando intentan vivir juntos en armonía.

El demócrata, que se presenta por primera vez a una carrera electoral, ha declarado que de resultar electo, defendería la ampliación de Medicaid, la transparencia de los costos de la atención de salud, el derecho de la mujer a elegir sobre su cuerpo, el financiamiento de las escuelas públicas, la Banda Ancha rural, un proceso de redistribución de distritos justo y no partidista, entre otras políticas.

También considera que para que los inmigrantes no tengan que vivir con miedo, la seguridad pública debe concentrarse en los verdaderos actos delictivos, como el robo y la violencia, en lugar de perseguir a aquellos cuya única falta es no tener documentos.

Osborne conversó con Burlington Latino sobre estos temas y sobre cómo su carrera profesional, su trabajo como granjero y su religión han impactado su vida y la de su familia y han enriquecido su visión del mundo con la que espera aportar a su trabajo como legislador.

“Como legislador, creo que debo sopesar cada decisión teniendo en cuenta el impacto que puede tener en nuestros nietos. Debo tomar decisiones basadas en la “Regla de Oro”, esforzándome por tratar a los demás, incluso a aquellos con los que no estoy de acuerdo, como me gustaría que me trataran a mí”, asegura.

¿Cuáles considera que son los principales valores que deben guiar el trabajo legislativo? ¿Por qué?

Creo que los legisladores deben estar dispuestos a considerar los asuntos, no como opciones binarias sino como un amplio espectro de opciones. Debe haber acuerdos, concesiones de parte y parte, la búsqueda de un terreno común y comprender que no hay que dejar que lo perfecto se interponga en el camino de lo bueno. El progreso sólo puede ser gradual. Es probable que ningún bando consiga todo lo que busca, y si resultan ser mayoría no deben ignorar o despreciar totalmente a quienes son minoría. Debemos recordar que ningún líder “habla” por todos, ni por todos sus electores. 

¿Por qué cree que sería un buen representante? ¿Cuáles son las cualidades que debe tener un representante?

Creo que la diversidad de mi trayectoria, haber crecido en una comunidad rural, 35 años de carrera en ingeniería, haber viajado por todo el mundo y haber experimentado un amplio espectro de perspectivas políticas y culturas, me han hecho crecer como individuo. Creo que ese crecimiento personal es esencial para cualquiera, pero especialmente para un líder. Lo que ese crecimiento me ha seguido enseñando es que siempre hay más que aprender, más que experimentar, más para crecer en mi comprensión de los asuntos importantes a los que todos nos enfrentamos.  Desconfío de quienes parecen creer que tienen todas las respuestas. También creo que puedo ser un buen legislador porque, esencialmente, no quiero hacer carrera.  Quiero trabajar por lo que creo justo y bueno no por lo que me ayudaría a ser reelegido. 

¿Cuáles cree que son las prioridades que hay que atender en el Distrito 64 y en Carolina del Norte en general, si es elegido?

La primera prioridad es tomar conciencia de que nuestro distrito no está formado por un único grupo de personas con ideas afines. Tenemos población rural y urbana. Tenemos gente con diferentes grados de educación, diferentes culturas, diferentes tipos de familias. Lo que sí tenemos en común es que todos queremos las mismas cosas. Todos queremos un lugar seguro para vivir, la capacidad de obtener nuestro sustento y el de nuestros seres queridos, un techo sobre nuestras cabezas y buena salud. En consecuencia, considero que las prioridades son las siguientes:

En materia de educación hay que garantizar que nuestros docentes y escuelas públicas reciban una financiación justa. Respetar la decisión del tribunal en el caso Leandro de financiar totalmente la educación en virtud de nuestras obligaciones constitucionales estatales. Aumentar el apoyo, la dotación de personal y la remuneración de los educadores, ya que las exigencias para que ellos asuman tareas más allá de dictar clases a nuestros hijos siguen aumentando.

Impedir que los políticos decidan qué libros se pueden leer, si se pueden llevar mascarillas, quién puede o no practicar deportes, qué asuntos pueden discutir los profesores en clase.

Como ingeniero, creo en la ciencia y en los hechos. Creo en escuchar y remitirse a nuestros funcionarios de salud, seguridad y otros dentro de sus campos de experiencia, en lugar de a los políticos que buscan popularidad.

En materia de salud, ampliar Medicaid para que más ciudadanos sin seguro reciban asistencia sanitaria y exigir a los proveedores de salud que publiquen abiertamente lo que cobran por los servicios, para que todos puedan ser consumidores informados de sus necesidades de asistencia sanitaria personales.

Proteger el derecho de la mujer de decidir libremente sobre su cuerpo, con normas razonables y con fundamentos médicos.

Abordar la violencia con armas de fuego mediante la aplicación de leyes con sentido común, como los períodos de espera para la compra, la comprobación universal de antecedentes, las leyes de “bandera roja” para alejar las armas de las manos de quienes sean declarados como personas abusivas o mentalmente inestables, y regulaciones más estrictas para las armas de asalto.

Garantizar que el derecho y la posibilidad de votar no se restrinja o afecte por leyes restrictivas o por la manipulación del trazado distrital.

Abogar por una economía moderna de energía renovable para impulsar el crecimiento y preservar el clima y la calidad de vida en nuestro estado; promover un futuro energético inteligente e incentivar la eficiencia energética. También ampliar el servicio de Internet a las zonas rurales y promover el crecimiento inteligente para equilibrar la preservación de nuestra calidad de vida con el desarrollo. Estimular la investigación, la formación y el crecimiento de las empresas relacionadas con las tecnologías que darán lugar a una nueva economía.

En materia de inmigración reconocer las contribuciones de los inmigrantes a nuestro estado y disminuir la criminalización basada en la falta de documentación y centrarse en la delincuencia real.

Es conocida su defensa de un trazado de mapas electorales justo. ¿Podría hablarnos al respecto? 

Considero que la redistribución de distritos es un tema fundamental para el funcionamiento justo  de nuestra democracia. Es un tema que me interesa, ya que he visto repetidamente cómo los que están en el poder, independientemente del partido, han manipulado la forma en que se trazan nuestros distritos legislativos y del Congreso para obtener una ventaja indebida.  Esto se llama “gerrymandering“.

Muchos desconocen que cada estado está dividido en muchos distritos electorales, y que estos distritos se revisan cada diez años para reflejar supuestamente los cambios en la población. El problema surge cuando las legislaturas estatales abusan de su responsabilidad para trazar estos distritos de manera que, o bien dispersan a personas de opinión política similar en diferentes distritos para diluir su voto, o bien agrupan a ese tipo de personas en un único distrito para restringir su influencia en los distritos circundantes.

Carolina del Norte vota tradicionalmente casi un 50% de republicanos y un 50% de demócratas en cada elección. Se podría pensar que nuestras delegaciones al Congreso y legislativas estarían divididas de forma similar. Sin embargo, los mapas de distritos elaborados el año pasado por la legislatura dominada por los republicanos habrían dado a los republicanos entre 9 y 10 de los 14 escaños del Congreso, con resultados similares a nivel estatal.

El otoño pasado hablé ante el Comité de Redistribución de Distritos de la legislatura estatal durante la sección de comentarios públicos, planteando la cuestión de sus injustas manipulaciones. Posteriormente formé parte de la demanda contra la legislatura, conocida como Harper V. Moore, en la que el Tribunal Supremo de Carolina del Norte dictaminó que los mapas manipulados violaban la constitución del estado. Se ordenó el rediseño de los mapas y estamos utilizando la nueva versión en estas elecciones. Han sido considerados  los mapas más justos en años, aunque esa justicia puede durar poco, ya que el Tribunal Supremo de EE.UU. podría tener una audiencia sobre el caso dentro de poco.

La redistribución de distritos y los casos judiciales asociados pueden ser temas aburridos o complicados para muchos, pero en asuntos como éste está en juego la posibilidad de cada ciudadano de tener una opinión justa sobre cómo estamos representados en el gobierno, y la propia existencia de la democracia.

¿Cómo cree que debería ser la relación entre los legisladores demócratas y republicanos a la hora de debatir asuntos que afectan al bien común?

Si pudiéramos reconocer primero que tenemos mucho más en común entre nosotros que lo que nos separa, sería un buen comienzo. Si pudiéramos entender que tener opiniones diferentes no nos hace buenos o malos. Si pudiéramos dar muestras de civismo, no sólo entre nosotros como legisladores, sino cuando hablamos unos de otros a nuestros partidarios, de modo que demos un ejemplo de diálogo respetuoso. Si pudiéramos practicar esa “regla de oro” y dejar que rija nuestras acciones, bueno, aunque sea un reto, ese sería el tipo de relación que yo buscaría.

Su carrera profesional ha estado vinculada al campo de la ingeniería. ¿Qué le motivó a presentarse a la carrera para representar al Distrito 64?

No puedo decir que mi carrera profesional me haya motivado para ir a trabajar a Raleigh. Trabajé en el centro de Raleigh en el marco de mis funciones como gerente de preparación para emergencias del Sistema de Distribución Eléctrica de Duke Energy en Carolina del Norte y Carolina del Sur. En el centro de Raleigh era donde operábamos nuestro centro regional de mando de incidentes. Soy un chico del campo, así que siempre me alegraba volver a casa. Pero creo que mi carrera en ingeniería y respuesta a emergencias me proporcionó algunas ideas sobre el valor de sopesar los costos frente a los beneficios, la importancia de la planificación para las emergencias, y cómo abordar los problemas difíciles con un proceso de pensamiento metódico que también está abierto a pensar fuera de lo convencional.

A pesar de mi amor por el trabajo en nuestra pequeña granja, las actividades comunitarias, los viajes que hacemos mi esposa Elizabeth y yo, así como el apoyo a nuestros hijos mayores que la jubilación me ha permitido. Me he visto impulsado a presentar mi candidatura debido al deterioro que creo que todos hemos presenciado en nuestra sociedad. La retórica divisiva que ha hecho que muchos cuestionen nuestras medidas de seguridad contra la pandemia que afecta a nuestros vecinos de la comunidad LGBTQ e inmigrantes, el gerrymandering ya mencionado, las amenazas al acceso al voto, la denegación de cobertura sanitaria a ciudadanos sin recursos (que creo que nos cuesta a cada uno más que si simplemente les ayudáramos a asegurarse). Todos estos asuntos que están a fuego lento o a punto de hervir me impulsaron a preguntarme, si yo no doy un paso adelante para marcar una diferencia positiva, ¿quién lo hará?

Usted y su familia operan una granja. ¿Cómo puede contribuir esta experiencia a su trabajo legislativo de resultar electo? 

Debo admitir que se trata de una pequeña granja familiar y probablemente pasaría un poco de hambre si fuera mi única fuente de ingresos. Sin embargo, me encanta estar en un lugar que me permite valorar todo el trabajo y los gastos que conlleva el cuidado de nuestro ganado, las aves de corral, las colmenas, las cercas, los graneros, los estanques y los pastos. Es el lugar y la forma en que criamos a nuestros tres hijos, que fueron responsables del cuidado de los animales, tuvieron que recoger y partir leña, cavar agujeros para los postes de las cercas, cargar heno y ocuparse de otras tareas. 

El ritmo de una granja puede proporcionar un agudo sentido de la naturaleza, del tiempo, del clima y también de las fuerzas creadas por el hombre que les afectan. Me considero un conservador acérrimo cuando se trata de proteger los atributos naturales que hacen del condado de Alamance y de Carolina del Norte un lugar tan agradable para vivir. Eso significa tratar de proteger nuestro clima al tiempo que mantenemos una economía vibrante. 

Mi primer proyecto después de jubilarme (o, como dice Elizabeth, “reutilizarme”) fue diseñar e instalar por mi cuenta un sistema de paneles solares para darle energía a nuestra casa y a nuestra granja. Creo que las energías renovables, junto con la eficiencia energética, nos proporcionarán el tipo de futuro en el que podremos prosperar económicamente y vivir de forma cómoda y segura minimizando el impacto en nuestro medio ambiente. Tenemos que encontrar un equilibrio razonable a medida que nos desarrollamos, porque el crecimiento no puede ser totalmente exitoso sin la conservación de las cosas que hacen que valga la pena vivir aquí.

En una entrevista ha dicho que ha viajado por todo el país y el mundo. ¿Tiene alguna experiencia que le haya impactado o de la que guarde un recuerdo especial?

Tengo muchas. Hemos acogido en nuestra casa a estudiantes de intercambio de Japón, Noruega y Kenia. Entre los lugares que hemos visitado están sus casas. También hemos realizado excursiones en familia para trabajar en diversos proyectos. Después de trabajar para restablecer la electricidad en Luisiana a causa de los huracanes Katrina y Rita, nuestra familia participó en el Servicio de Desastres de los Amigos de Carolina del Norte para reconstruir las casas dañadas. Fuimos a algunas de las zonas más desfavorecidas y olvidadas de Bogalusa, Luisiana, y echamos una mano. Que mi familia participara conmigo en la sustitución de tejados y la reconstrucción de casas fue especial, ya que les abrió los ojos a lo que yo experimentaba habitualmente durante mi carrera. 

Cuando viajamos por placer, solemos evitar los destinos turísticos y los centros turísticos. Nos gusta vivir entre los habitantes de las zonas allá donde vamos. Y lo que hemos comprobado es que, independientemente del lugar en el que haya estado, ya sea Islandia, Belice, Kenia, México, Canadá, Europa u otras partes de Estados Unidos y del mundo, la gente es prácticamente igual y quiere las mismas cosas de la vida.

¿Cómo puede contribuir la fe que usted profesa a su labor legislativa?

Espero que mi fe cuáquera me ayude a ser más consciente del valor de cada individuo, hay algo de Dios en cada persona. Me doy cuenta de que a veces tengo que trabajar para encontrar eso de Dios en algunos, y probablemente ellos tengan que hacerlo conmigo, pero está ahí, y debo buscarlo. Mi fe también me lleva a trabajar por el auténtico beneficio para todos.

También puedo ver hacia atrás, a mis antepasados, muchos de los cuales fueron cuáqueros desde el año 1600, en busca de modelos a seguir. Algunos de mis antepasados fueron discriminados por la persona con la que querían casarse, otros fueron encarcelados por negarse a luchar en el ejército confederado por objeción de conciencia. Mi tatarabuelo fue casi asesinado a golpes por ayudar a personas esclavizadas fugitivas (básicamente estaba infringiendo las “leyes” de su época). La lista continúa. Sus ejemplos me hacen ver con humildad que siempre ha habido luchas por la justicia, y ahora, de alguna manera, me toca a mí.

Me temo que algunos líderes elegidos poseen lo que he oído llamar “mentalidad de escasez”. En otras palabras, su visión del mundo es la de ganadores y perdedores, y si alguien que no es como ellos, digamos una familia LGBTQ, tiene el mismo derecho que disfrutan ellos como familia “tradicional”, sienten que de alguna manera están perdiendo algo y, por lo tanto, deben negar ese derecho a los demás con el fin de protegerlo para ellos. 

La misma mentalidad de escasez  parece entrar en juego en la percepción de que los inmigrantes indocumentados están utilizando los servicios públicos, robando puestos de trabajo y cometiendo delitos. Por supuesto, los hechos disipan este mito. Los inmigrantes indocumentados pagan impuestos: Si alquilan, su casero seguramente les repercute el impuesto sobre la propiedad; si tienen un empleo, es probable que proporcionen un número de Seguridad Social falso por el que contribuyen con una parte de su sueldo, pero no reciben ninguna prestación; y, por supuesto, pagan el impuesto sobre las ventas; ellos hacen los trabajos que la mayoría de los estadounidenses se niega a aceptar, y las estadísticas muestran que el índice de delitos cometidos por las personas indocumentadas es significativamente menor que el de las personas con documentos. Creo que su presencia ha sido más beneficiosa de lo que la mayoría de la gente quiere darse cuenta o admitir.

Mi fe me obliga a creer en un mundo en el que todos tienen un asiento en la mesa y que nos beneficiamos cuando todos tratamos de vivir juntos en armonía.

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