Foto: Alamance Chamber of Commerce
Raquel García Núñez- La pandemia provocada por el COVID-19 se ha convertido en un punto de inflexión en la economía de Estados Unidos. Las consecuencias de este hecho golpearon con dureza a todas las empresas, pero en especial a los pequeños negocios de la comunidad latina, los afroamericanos, asiáticos y otras minorías.
Los primeros meses de la pandemia fueron devastadores para este tipo de negocios, esto se desprende de datos nacionales divulgados en un estudio del Standford Institute for Economic Policy Research. Según este informe, de febrero a mayo de 2020 el número de propietarios de negocios activos se redujo un 15% en Estados Unidos. El número de propietarios de empresas de raza negra lo hizo en un 26%, en el caso de los latinos fue un 19%, y los asiáticos 21 %, mientras que los negocios de los inmigrantes sufrieron pérdidas del 25%.
Carolina del Norte no fue la excepción en esa tendencia nacional, lo que despertó la preocupación de la Cámara de Alamance, la Fundación Comunitaria de Alamance, algunos propietarios de pequeñas empresas y líderes de desarrollo económico de varias localidades, quienes los primeros días de la pandemia, a través de reuniones virtuales, discutieron cómo apoyar a los pequeños negocios que no tienen fácil acceso a préstamos del sistema bancario tradicional.
Al ser consultada sobre este tema por Burlington Latino, Gavin Stevens, Directora Ejecutiva de la Fundación Comunitaria de Alamance, aseguró que muchas pequeñas empresas necesitaron ayuda financiera para realizar los cambios en su estructura que exigían las cambiantes directrices sanitarias debido a la pandemia. “Cuando los fondos del Programa de Protección de Pago, (PPP, por sus siglas en inglés) del gobierno federal estuvieron disponibles, vimos que muchos grupos tradicionalmente descapitalizados —como las mujeres propietarias de negocios y los propietarios de negocios de color— no tuvieron éxito a la hora de asegurar esa ayuda. Se suponía que el programa iba a apoyar a todas las empresas, pero la demanda era tan alta que muchas empresas se quedaron sin ayuda”, apuntó.
En este contexto nace el Programa de Préstamos para la Recuperación que se estableció mediante recursos combinados del Gobierno del Condado de Alamance, la Fundación de Desarrollo Económico del Condado de Alamance, !mpact Alamance y la Fundación Comunitaria de Alamance. Se delegó en la Cooperativa de Crédito Self-Help Credit Union la administración de los préstamos. La aceptación de solicitudes de recursos por parte de pequeñas empresas afectadas por la pandemia comenzó el 3 de agosto de 2020.
La ayuda a los pequeños negocios va más allá de lo económico. También se decidió ofrecer asistencia técnica a través del Centro de Pequeñas Empresas en Alamance Community College y la propia Self-Help Credit Union. Estas dos organizaciones ofrecen apoyo a los prestatarios en asuntos comerciales como la revisión de los planes de comercialización, los procesos de contabilidad, asistencia jurídica, entre otras colaboraciones.
Los préstamos oscilan entre los $2,500 y los $25,000 y pueden ser utilizados para capital de trabajo, alquiler o hipoteca del negocio, pago de empleados o contratistas independientes, rediseño del negocio, equipo, reabastecimiento de inventario, equipo de protección personal u otros costos de reapertura del negocio.
También Stevens destacó la flexibilidad de los requisitos para solicitar estos préstamos para pequeñas empresas cuya tasa de interés del 4% es fija. “El tipo de interés es bajo y fijo para que las expectativas estén claras desde el principio y no cambien a mitad del proceso. Además, los reembolsos no comienzan durante los primeros seis meses y pueden retrasarse más si es necesario”, detalló.
Añadió que una de las cosas más singulares es que se trata de un programa de préstamos rotatorios, esto quiere decir, que a medida que las empresas devuelven el dinero, esos fondos vuelven a la reserva de recursos para que otros propietarios de empresas de la comunidad puedan solicitarlos.
“Los prestatarios no sólo obtienen el apoyo que necesitan para mantener sus negocios en estos tiempos difíciles, sino que también son capaces de proporcionar apoyo a otros como ellos en la comunidad. También hemos empezado a recibir referencias de prestatarios anteriores para los nuevos solicitantes, por lo que el ciclo de apoyo está en marcha y funciona”, aseveró Stevens.
La ejecutiva destaca la importancia de Self-Help Credit Union como el socio del Programa que trabaja directamente con los solicitantes y administra los préstamos. “Su misión es crear y proteger la propiedad y las oportunidades económicas para todos, especialmente para las personas de color, las mujeres, los residentes rurales y las familias y comunidades de bajos recursos. Es un gran socio y defensor de los prestatarios durante todo el proceso”, comentó Stevens.
La Cooperativa cuenta con banqueros bilingües para ayudar a los solicitantes y prestatarios. Todos los anuncios del Programa están disponibles en inglés y español.
Hasta la fecha el programa de Préstamos para la Recuperación ha concedido recursos a peluquerías, restaurantes/servicios de comida, guarderías, gimnasios/fitness, contabilidad, máquinas expendedoras, servicios comerciales, reparación de automóviles, reciclaje, viajes y funerarias.
Scott Schomburg, Director Regional y Vicepresidente de Western Piedmont de Self-Help Credit Union, indica que hasta ahora han aprobado financiamiento a 18 pequeñas empresas por un monto de $325.600. “Los negocios se encuentran en diversas etapas de recuperación. Los ingresos se han utilizado para una variedad de casos como el pago de hipotecas comerciales/arrendamientos, pago de deudas —normalmente tarjetas de crédito— que se utilizaron para financiar el negocio mientras estaba cerrado, equipos de protección, cambio de modelos de negocio a más opciones en línea o de entrega a domicilio, nóminas para volver a contratar personal, entre otros”, detalló.
Reinventarse, una consecuencia inevitable
Stevens comenta que las pequeñas empresas han tenido que reinventarse “una y otra vez” durante el desarrollo de la pandemia y adaptarse a los permanentes cambios en las medidas sanitarias, como el cierre total del comercio, las ofertas al aire libre y el uso de mascarillas.
Destaca que la contratación de personal se ha convertido en un verdadero reto para muchas de las pequeñas empresas de la comunidad de Alamance. “Como ocurre en todo el país, las empresas tienen dificultades para encontrar empleados que trabajen en sus puestos vacantes y tienen que cambiar sus horarios y modelos de negocio para compensarlo”, agregó.
Stevens se muestra sorprendida con la capacidad de los empresarios para innovar en tiempos difíciles. “Desde cambiar sus estructuras empresariales hasta hacer más con menos, ha sido realmente sorprendente verlo. Espero que a través de este programa el sector empresarial haya visto que su comunidad le apoya e invierte en él”, señaló.
Scott Schomburg, por su parte, indica que le gustaría que el Condado de Alamance considerara tener un programa de subvenciones disponible para las pequeñas empresas que sufren un daño económico debido a eventos fuera de su control, como la pandemia y los desastres naturales, entre otros.
Andrea Fleming, Vicepresidenta de Desarrollo Económico de la Cámara de Alamance, cree que la planificación para emergencias es un problema real para las pequeñas empresas. “Un área específica descubierta al trabajar con algunos de los solicitantes de Préstamos para la Recuperación fue la necesidad de aumentar los conocimientos financieros de las empresas y la contabilidad”, señala la ejecutiva.
En este sentido, Fleming considera que es muy importante que las pequeñas empresas tengan conexión permanente con instituciones como el Alamance Community College con su Centro de Pequeñas Empresas y el Small Business and Technology Development Center, que pueden ayudarles a garantizar que sus negocios funcionen de forma eficiente y tengan en cuenta aspectos como los planes de contingencia durante las emergencias.
Schomburg también apuntó a la preparación técnica y su importancia para enfrentar eventos traumáticos como la pandemia. “Las empresas que sobrevivan y, en última instancia, prosperen serán las que hayan ajustado rápidamente su modelo de negocio para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. También ha puesto de manifiesto la necesidad de que la asistencia técnica esté fácilmente disponible para la comunidad de pequeñas empresas. Muchos propietarios no pudieron acogerse a los programas ofrecidos a nivel federal, estatal o local porque no tenían su información financiera fácilmente disponible”, reflexionó Schomburg.
Stevens por su lado apostó a la creatividad y la colaboración entre los miembros de la comunidad comercial. “No sé si habríamos podido prepararnos realmente para esta emergencia concreta, pero sí creo que ésta ha puesto de manifiesto algunas de las necesidades que hay que atender en nuestra comunidad. Tengo la esperanza de que parte del ingenio y la colaboración que han surgido de esta tragedia nos ayuden a estar preparados en caso de que algo así vuelva a ocurrir en el futuro”.
Finalmente, Stevens informó que planean mantener el Fondo de Préstamos para la Recuperación como un recurso continuo para el Condado de Alamance que puede crecer y cambiar junto con las necesidades de la comunidad.
“Esperamos que en algún momento hayamos superado el punto de “recuperación de la pandemia” y que el fondo pueda cambiar su enfoque para ayudar a abordar cualquier necesidad que sea más urgente para la comunidad de pequeñas empresas de minorías y mujeres en ese momento”, puntualizó.
Para más información sobre el programa de Préstamos para la Recuperación visite el sitio web de la Cooperativa Self-Help Credit Union donde podrá encontrar detalles de los términos establecidos para otorgar los préstamos, los requisitos que exigen a las pequeñas empresas para ser elegibles, y los pasos claves para solicitar los recursos.
