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Sudamérica en llamas: sequía, incendios y una crisis climática sin precedentes

Forest Fire
Foto: Archivo

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Alexis Quintar – En 2024, Sudamérica atraviesa una de las crisis ambientales más duras de su historia reciente, ya que la combinación de sequías extremas, altas temperaturas y el incremento de incendios forestales está poniendo en jaque a la región, especialmente en países como Brasil, Bolivia, Perú y Colombia. Estas emergencias, además de causar un impacto ambiental considerable, también están afectando profundamente a las comunidades locales, muchas de las cuales dependen de los recursos naturales que están siendo destruidos por los incendios y largas sequías.

Esté fenómeno ambiental golpea a gran parte de Sudamérica, ya que es una de las más graves jamás registradas, y así lo evidencia el Instituto Brasileño de Investigación Espacial (INPE), el cual reveló que solo en 2024, la Amazonía ha registrado 350,370 incendios forestales, superando ampliamente los niveles de 2023. Este incremento ha sido impulsado por las condiciones meteorológicas extremas, las cuales incluyen la falta de lluvias y las temperaturas más altas de lo normal.

En Brasil, por ejemplo, más de 11.9 millones de hectáreas han sido devastadas en los primeros ocho meses del año, de las cuales la mitad pertenecen a la Amazonía, considerado uno de los pulmones del mundo. Sin duda, el calentamiento global, junto con prácticas agrícolas como el “chaqueo” (quemas controladas para preparar la tierra), han hecho esta situación cada vez más compleja, puesto que los incendios se salen de control afectando grandes extensiones de territorio.

En varias regiones de Sudamérica, como Brasil y Bolivia, es común la práctica del “chaqueo”, la cual consta en quemar áreas forestales para desmontar parcelas de tierra, preparándola para la agricultura y la ganadería. Esta actividad, legal en algunos países, debido a las sequías y a los fuertes vientos, se ha salido de control, generando grandes incendios que se extienden rápidamente por toda la región. Por esta razón, las autoridades de Brasil han prohibido el “chaqueo”, mientras que en Bolivia, donde la práctica es legal, se ha suspendido temporalmente.

El Amazonas, que abarca gran parte de Brasil y otros países, se ha transformado en uno de los focos principales, puesto que la sequía extrema ha reducido drásticamente el caudal de ríos, afectando tanto la biodiversidad como a las comunidades que dependen del transporte fluvial para sobrevivir. La reducción del agua también ha tenido un fuerte impacto en la generación de energía hidroeléctrica, una fuente clave de electricidad para muchos países de la región, ya que la escasez de agua ha llevado a apagones nocturnos con los que intentan dosificar la energía para poder sobrellevar esta crisis.

Impacto en los ecosistemas y comunidades locales

Los incendios no solo están destruyendo la biodiversidad de la región, sino que también están afectando la vida de miles de personas, generando que los contextos sean muy complejos en gran parte de Sudamérica. En Bolivia, la situación es crítica, ya que más de 3.8 millones de hectáreas han sido arrasadas por el fuego, poniendo en peligro a 34 pueblos originarios que habitan las zonas de Santa Cruz y Beni, lo que ha desembocado en la declaración de “emergencia nacional” debido a la magnitud del desastre.

En Perú, la situación no es muy diferente, por el hecho de que en regiones como San Martín, Ucayali y Amazonas han sido gravemente afectadas por los incendios, lo que ha llevado al gobierno a declarar el estado de emergencia en estas zonas. Con un total de 234 incendios registrados este año y 16 víctimas mortales, la dimensión de la crisis es palpable y millones de personas continúan viviendo bajo la sombra del fuego, la sequía y la incertidumbre.

Un futuro incierto para Sudamérica

No cabe duda que Sudamérica enfrenta un futuro complejo si no se toman medidas urgentes para mitigar los efectos del cambio climático, intentando manejar de manera más sostenible sus recursos naturales. El aumento de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones no solo aumentaron los incendios forestales, sino que también ponen en riesgo la biodiversidad, la estabilidad económica de la zona y sobre todo la integridad de las personas que habitan esta región

Los incendios actuales son solo una señal de los desafíos mayores que podrían enfrentar los países sudamericanos en las próximas décadas, ya que deben implementar rápidamente nuevas políticas de deforestación, un mejor control en el uso del fuego en prácticas agrícolas, por el hecho de que esta región tendrá que adaptarse a un clima cada vez más cálido y seco. La Amazonía, que es vital para la regulación del clima mundial, se encuentra en un punto crítico y su protección es crucial para el futuro no solo de Sudamérica, sino del planeta entero, por lo que los gobernantes deben tomar medidas concretas sobre esta problemática.

La crisis climática en Sudamérica es un llamado de atención para el mundo, puesto que los efectos del cambio climático son más evidentes y devastadores, haciendo que esta región esté siendo destruida por las sequías, incendios y malas prácticas ambientales. Este colapso climático tendrá sus efectos a nivel global, ya que la región es crucial para el equilibrio climático del planeta, por lo que la situación demanda una respuesta internacional a la altura del desafío. Más allá de las fronteras, es vital que la comunidad global asuma un rol proactivo, no solo brindando apoyo técnico y financiero, sino también comprometida para mitigar los efectos del calentamiento global.

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