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Legisladores vuelven al Capitolio para una intensa agenda de decisiones presupuestarias y políticas

Foto: Archivo

Leah Carlson- Luego del receso por la fiesta de Acción de Gracias, los legisladores regresan a Washington con una apretada agenda de decisiones cruciales y poco tiempo para tomarlas. La pausa de invierno comenzará este 11 de diciembre, pero dado este panorama, se espera que este año ambas cámaras legislativas permanezcan en el Capitolio por más tiempo.

La tarea más urgente que enfrentan es impedir una paralización del gobierno (shutdown). Este viernes expira una medida a corto plazo que otorga financiamiento a las agencias federales, lo que significa que el Congreso y el Senado deben actuar sin demora para adoptar otro arreglo de gastos si no quieren enfrentar una perturbación mayor.

Los congresistas tienen poco tiempo para aprobar el presupuesto y así evitar el cierre de oficinas y ministerios. El shutdown más largo duró 35 días y ocurrió durante la presidencia de Donald Trump.

A finales de septiembre demócratas y republicanos negociaron una extensión a corto plazo que evitó por estrecho margen el cierre de gobierno, una medida que les otorgó más tiempo para elaborar proyectos de ley que pudieran cubrir las operaciones de Washington hasta el próximo mes de septiembre, cuando culmina el año fiscal 2022.

Sin embargo, aún no hay acuerdos definitivos pues algunos legisladores apoyan el financiamiento del ejecutivo hasta fin de año y otra norma de este tipo para 2022, mientras que otros defienden una medida provisional que resuelva el problema hasta febrero o marzo.

De cualquier manera se espera que ambos partidos lleguen a un acuerdo, particularmente en el Senado dividido por estrecho margen, donde los votos demócratas por sí solos no pueden impedir el cierre gubernamental. A principios de mes esta precaria dinámica política impulsó a la administración del presidente Biden a solicitar al Congreso un acuerdo de un año, en lugar de medidas temporales. 

Límite de endeudamiento y “Reconstruir Mejor”

Otra tarea pendiente y no menos urgente es la decisión de aumentar o suspender el límite de endeudamiento de Estados Unidos si se pretende evitar el primer default soberano de la nación. En una comunicación dirigida a los legisladores a principios de noviembre, Janet Yellen, Secretaria del Tesoro, aseguró que el gobierno puede pagar sus deudas sin problemas hasta el 15 de diciembre. Sin embargo, afirmó que se presentan “escenarios en los que, después de esta fecha, el Tesoro podría quedarse sin disponibilidad de recursos para continuar financiando las operaciones del gobierno de Estados Unidos”. 

A menos que los legisladores aumenten el límite de endeudamiento o lo suspendan del todo, el gobierno de Estados Unidos podría retrasarse en sus pagos, un hecho sin precedentes que podría empujar al país a una recesión económica.

Para los legisladores republicanos, la solución podría estar en la utilización del mecanismo de reconciliación, el cual permitiría a los demócratas aprobar la extensión del límite crediticio sin contar necesariamente con el apoyo de la bancada republicana, pero los legisladores demócratas esperan usar esta variante especial para garantizar la aprobación de una tercera tarea pendiente: el paquete social del presidente Biden (Reconstruir mejor o Build Back Better, en inglés) que espera destinar $2 trillones para revisar las leyes de impuestos para la atención sanitaria, la educación, la salud y la inmigración, en un esfuerzo por fortalecer la red de seguridad social, al que los republicanos se oponen vehementemente. 

La decisión sobre esta gran reforma social del presidente Joe Biden tampoco será fluida. Por ejemplo, el senador demócrata Joe Manchin, se opone al permiso familiar remunerado de cuatro semanas establecido en el proyecto de Ley del Congreso, y su homólogo, Bernie Sanders, espera aumentar la cobertura de Medicare con la atención oftalmológica y odontológica. 

También las disposiciones de inmigración que otorgan permisos de trabajo a quienes ingresaron al país desde enero de 2011 y que impiden su deportación, están siendo revisadas por el Senado para determinar si los cambios incluidos en el paquete social de Biden cumplen los requerimientos del mecanismo de reconciliación. 

Si el plan se aprueba, los migrantes que llegaron a Estados Unidos antes de 2011 y que carecen de un estatus legal podrían solicitar un permiso que les permita quedarse y trabajar por cinco años. Además, el permiso podría ser renovado por otros cinco años, los protegería de la deportación y les permitiría viajar al extranjero. Sin embargo, no establecería un nuevo mecanismo para que puedan conseguir una residencia permanente o la ciudadanía estadounidense.

Es por ello que los demócratas apelaron al procedimiento especial de reconciliación que protege su reforma económica de las tácticas dilatorias del Partido Republicano. Sin embargo, las normas de este mecanismo legal exigen que las disposiciones estén relacionadas en su mayor parte con el presupuesto y no con nuevas políticas. La parlamentaria Elizabeth MacDonough, abogada y parlamentaria del Senado de los Estados Unidos desde 2012, rechazó las dos propuestas anteriores de los demócratas en materia de inmigración.

La Ley de financiamiento para la Defensa es otro de los temas sobre la mesa. Este año incluye reformas al sistema de enjuiciamiento de alegatos de asalto sexual en las Fuerzas Armadas, un aumento salarial para los hombres y mujeres en servicio y medidas para aumentar el apoyo militar para Ucrania en el marco de una nueva amenaza rusa. Tanto el Senado como el Congreso están trabajando en versiones diferentes de este proyecto de ley.

Otro factor que irrumpe sobre la mesa es la nueva variante de coronavirus, Ómicron. Frente a la preocupación por posibles repercusiones económicas, el presidente Biden se reunió este domingo con sus asesores e instó a la población no vacunada a inmunizarse y a los casos especiales recibir el refuerzo. Asimismo, desestimó la necesidad de un nuevo confinamiento si la gente se vacuna y usa mascarilla. “Esta variante causa preocupación, pero no pánico”, enfatizó.

Los demócratas atribuyen a sus esfuerzos legislativos importantes avances económicos. Por ejemplo, en la más reciente medición del Departamento del Trabajo las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo descendieron a su nivel más bajo desde noviembre de 1969, los republicanos, por su parte, alegan que el gasto de los demócratas, combinado con un aumento en la demanda acumulada contribuyó el mes pasado al mayor aumento de los precios en 30 años. 

Sin embargo, a pesar de las discrepancias, algunos legisladores se muestran optimistas, tal es el caso del líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, quien declaró que, aunque la agenda antes de fin de año es considerable se pueden equilibrar las labores cotidianas de gobierno con los objetivos políticos, antes de que termine el 2021.

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