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Leah Carlson- Las ordenes ejecutivas emitidas por el presidente Donald Trump que desmantelan los programas federales de equidad, diversidad e inclusión (DEI) y ponen fin a las subvenciones y contratos relacionados con la equidad impactan negativamente, según expertos, a las pequeñas empresas propiedad de minorías ya enfrentadas a un contexto adverso en el mercado debido a la discriminación, el acceso limitado al capital y las barreras sistémicas a la educación y los recursos.
La medida ataca estas iniciativas empresariales que representan más de la mitad de los dos millones de nuevas empresas creadas en EE.UU. en la última década y han significado la creación de casi 5 millones de puestos de trabajo, según cifras del Comité del Senado de EE.UU. para la Pequeña Empresa y el Espíritu Empresarial. Más del 40% de los propietarios de pequeñas empresas son mujeres, el 24% son inmigrantes y casi uno de cada cinco pertenece a minorías raciales, de las que los latinos constituyen una parte importante.
Por citar ejemplos del aporte a la economía estadounidense que significan estas iniciativas, las pequeñas empresas propiedad de mujeres representan casi el 40% de todas las empresas del país, generan 2,7 billones de dólares en ingresos anuales y emplean a casi 12,2 millones de personas y el segmento de empresarios de más rápido crecimiento en EE.UU. son las personas de color, con un número histórico de veteranos.
Los programas DEI se establecieron para apoyar a las comunidades que históricamente enfrentan barreras para acceder a oportunidades laborales y sus beneficiarios no son sólo minorías raciales, sino las mujeres blancas, veteranos y personas con discapacidades.
Los críticos de la DEI argumentan que intentan resolver la discriminación racial al poner en desventaja a otros grupos, en particular a los estadounidenses blancos. Pero organizaciones activistas, como el Racial Equity Institute (REI), los defienden porque a pesar de sus limitaciones en la práctica, “abordan las desigualdades históricas y sistémicas que han moldeado a las instituciones estadounidenses durante siglos”.
Para el REI las exclusiones, incluso establecidas en la ley, que durante gran parte de la historia de Estados Unidos negaban explícitamente oportunidades a las personas por motivos de raza y etnia, crearon barreras sistémicas que persisten en formas que siguen afectando a las comunidades de color en la actualidad.
“Industrias enteras -el derecho, la construcción, la enseñanza superior, la energía, el petróleo, la banca, las finanzas y el liderazgo corporativo- se construyeron dentro de un marco que excluía legalmente la participación de los no blancos”, puntualiza el REI.
A principios de marzo un videoconferencia preparada por la organización Ethnic Media Services abordó las implicaciones de las medidas tomadas por Trump, que incluyen la congelación de la financiación de cientos de miles de millones de dólares para programas federales y despidos, incluido el 20% del personal de la Agencia Federal de Pequeños Negocios de Estados Unidos (SBA, por sus siglas en inglés), encargada de proteger los intereses de la pequeña empresa.
Para Dilawar Syed, ex administrador adjunto de la SBA, quien asistió como panelista, existe una demanda acumulada de emprendimiento entre la comunidad hispana, asiática y los veteranos por lo que se crearon programas para garantizar el acceso al capital a través de bancos regionales y comunitarios. Según Syed, la reducción de estos programas significará el aumento en la demanda insatisfecha de servicios para construir un negocio, hacer crecer una pequeña empresa, tener acceso a préstamos de la SBA y a financiamientos entre otras demandas.
“Al despedir al 20% de la fuerza laboral, muchas de las personas que brindan servicio al cliente, ahora tendrán tiempos de espera aún más largos para obtener una respuesta a su pregunta y correo electrónico”, puntualiza Syed.
Thomas A. Sáenz, Presidente y Consejero General de la Mexican American Legal Defense and Education Fund (MALDEF), otro de los panelistas, abogó por los esfuerzos bajo la bandera de DEI que “se levantaron para detener la discriminación que estaba en curso y generalizada a favor de los hombres blancos … y para garantizar que esa discriminación sea reemplazada por políticas que garanticen que las personas de color y las mujeres reciban una oportunidad justa al competir por empleo o contratos”.
Para Sáenz los retrocesos de la SBA -junto con una reducción de la cuota de financiación de la diversidad de la agencia del 15% al 5% en todos los contratos- significan mayores obstáculos para las pequeñas empresas que tratan de obtener la aprobación de la SBA, que es crucial para licitar en contratos federales. En última instancia el ataque a la DEI tiene como objetivo principal perpetuar e incluso expandir prácticas de larga data que discriminan para beneficiar a los hombres blancos, aseguró el panelista.
Por su parte, la Dra. Esther Zeledon, fundadora de Be.Act.Change, una organización de coaching de vida, consideró que las medidas crean una “mentalidad de escasez de ‘si doy oportunidades a otras personas, entonces me las estás quitando a mí’”.
“El lenguaje de las órdenes ejecutivas -que todos los esfuerzos de la DEI son derrochadores y radicales- politiza y genera desconfianza hacia las personas que se han beneficiado de esos programas”, subrayó Zeledon.
Según el informe 2023 del Consejo Nacional de Mujeres Empresarias (NWBC, por sus siglas en inglés) las mujeres, especialmente las mujeres de color, lideraron la recuperación de la economía estadounidense tras la pandemia e impulsaron el auge de las pequeñas empresas y solo si se continúa elevando el nivel, cerrando las brechas y aportando los dólares podrá mantenerse este crecimiento.
Las medidas tomadas por el actual gobierno estadounidense parecen ir en la dirección opuesta a lo recomendado por este consejo, cuya principal misión es asesorar y recomendar políticas anuales al Presidente, al Congreso y al Administrador de la SBA sobre cuestiones de importancia para las mujeres empresarias.