Alexis Quintar- En 2003, Estados Unidos, bajo el liderazgo del presidente George W. Bush, lanzó una invasión a Irak, la cual estuvo repleta de polémicas y falencias. La decisión que tomó el mandatario estadounidense fue controvertida y muy debatida, ya que muchos argumentaron que fue un error, mientras que otros creían que era necesaria para la seguridad nacional. Una de las justificaciones de la invasión fue derrocar al régimen de Saddam Hussein y establecer un gobierno democrático que permitiera al pueblo iraquí vivir en libertad. En varias ocasiones, el presidente Bush habló extensamente sobre este objetivo en sus discursos antes y durante la invasión a Irak. A pesar de la oposición generalizada y las protestas en todo el mundo, la coalición liderada por Estados Unidos lanzó un ataque preventivo contra Irak el 20 de marzo de 2003. Antes de la invasión, el presidente Bush y su administración hicieron varias promesas y justificaciones para la guerra:
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·Armas de destrucción masiva (ADM): La administración de Bush afirmó que Irak poseía armas de destrucción masiva, lo que representaba una grave amenaza para Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, después de la invasión, no se encontraron dichas armas.
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Vínculos con Al-Qaeda: En el mandato de Bush sugirieron que había vínculos entre el régimen de Hussein en Irak y el grupo terrorista Al-Qaeda. Sin embargo, investigaciones posteriores no encontraron evidencia de una conexión significativa entre los dos.
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Promoción de la democracia: La presidencia de Bush también argumentó que la invasión de Irak promovería la democracia y la estabilidad en el Medio Oriente. Sin embargo, las secuelas de la guerra estuvieron marcadas por la violencia sectaria, la inestabilidad y el aumento de grupos extremistas como ISIS.
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Una victoria rápida y fácil: Otro de los factores que remarcaron en el gobierno de Bush es que la guerra sería relativamente rápida y fácil, y también indicó que los Estados Unidos serían recibidos en Irak como libertadores. Sin embargo, la guerra se prolongó durante años, lo que resultó en miles de bajas estadounidenses e iraquíes y costos financieros muy significativos.
En los años posteriores a la invasión, quedó claro que la inteligencia que se había utilizado para justificar la invasión tenía fallas y que no había armas de destrucción masiva en Irak. El conflicto también provocó un sentimiento antiestadounidense generalizado en todo el mundo y tensó las relaciones entre Estados Unidos y muchos de sus aliados. Sin embargo, las consecuencias de la invasión han sido controvertidas, y algunos argumentan que el país no se ha convertido en una democracia estable y funcional. El conflicto en Irak ha continuado durante muchos años, con violencia e inestabilidad política constantes. Si bien la destitución del régimen de Hussein pudo haber permitido que algunos iraquíes experimentaran más libertades personales, el país continúa enfrentando desafíos para establecer un gobierno estable y pacífico.
La educación de las niñas iraquíes: Una promesa que Bush no cumplió
Hace veinte años, Bush dio su palabra a las mujeres y niñas iraquíes a las cuales les aseguró un futuro de liberación y educación, pero el contexto que se vive hoy día es muy diferente. “Para las mujeres y las niñas, la liberación tiene un significado especial. Algunas de estas niñas asisten a la escuela por primera vez. Es difícil de imaginar para la gente en Estados Unidos. Muchas niñas ahora pueden ir a la escuela”, dijo Bush en 2004, al hablar de la situación de Afganistán e Irak.
Uno de los factores que generó que se viva una realidad muy compleja en Irak es la lenta recuperación económica tras el conflicto bélico con los Estados Unidos. Esto provocó que las familias al no tener más opciones acudan al trabajo infantil para poder obtener lo mínimo e indispensable para sobrevivir. Un caso que refleja a la perfección este escenario es el de Zeinab, de 14 años, quien huyó de su casa en Mosul, una ciudad del norte de Irak ubicada junto al río Tigris, para irse a radicar en Kirkuk. La niña tiene cuatro hermanos, pero solo uno va a la escuela por la dura crisis que atraviesa Irak. “Mis hermanos y yo tenemos que trabajar para cubrir nuestros gastos, incluida la asistencia a la escuela. Mi hermano de 10 años vende paquetes de pañuelos en la calle para poder ir a la escuela, aunque sabemos que la venta ambulante es peligrosa”, comentó Zeinab en declaraciones a Save the Children.
Recordemos que varias alumnas y algunos docentes compartieron sus vivencias en línea utilizando hashtags “#terrorismoeducativo” y “#notothecompulsoryveil” en donde dejaron en claro que la opresión es muy grande. Uno de los relatos que hicieron mella fue el de Hadil, una maestra de una de las escuelas primarias de Bagdad, a quien le prohibieron usar métodos de enseñanza modernos en su clase. “Estaba en un gran problema y las leyes de protección de maestros no me protegieron. Es mera tinta sobre papel. Los maestros también pueden verse presionados para aprobar a algunos estudiantes, lo que afecta la calidad de la educación ya deteriorada”, señaló la maestra bagdadí.
La corrupción y favoritismo que se vivió después del 2003 se plasma mucho en las escuelas iraquíes. En este sentido, Hadil manifestó: “Las instituciones educativas están conectadas y dirigidas por instituciones religiosas. Por eso, en la escuela primaria donde trabajo, pido a los niños que digan ‘larga vida a Irak’ cuando entro en clase, en lugar de ‘larga vida al Islam’, que es lo que normalmente tienen que decir. Todavía trato de hacer una diferencia. Es un pequeño intento frente a todo un sistema de leyes y costumbres obsoletas, ya que las instituciones desgastadas nos destruyen a todos, estudiantes y maestros”.
Quien fue contundente al hablar de los niños que buscan estudiar en Medio Oriente fue Sarra Ghazi, la directora de Save the Children Irak. De este modo, Ghazi aseguró. “El mundo se ha olvidado de las niñas y los niños iraquíes. Hemos visto cómo disminuía la financiación humanitaria en Irak y nos preocupa que, con el desplazamiento del foco humanitario a otras crisis, como Ucrania y los recientes terremotos en Siria y Turquía, las familias vulnerables desplazadas en el país sigan sufriendo”. Asimismo, la directora de Save the Children Irak sumó: “Las mujeres y los niños y niñas iraquíes han demostrado una notable capacidad de resistencia, pero queda mucho por hacer para que puedan recuperar la sensación de seguridad y esperanza. Gran parte de las infraestructuras del país siguen dañadas o destruidas, y cientos de miles de niños y niñas necesitan ayuda para acceder a la atención sanitaria básica. La cohesión social y la inclusión social deben ser piezas clave del proceso de consolidación de la paz en Irak; tenemos que aprender del pasado y garantizar que los actuales esfuerzos de reconstrucción sean duraderos, y que la infancia y las mujeres tengan un papel fundamental en la recuperación de Irak”.
Uno de los principales obstáculos para la educación de las niñas en Irak es la inseguridad. En algunas áreas, la violencia y los conflictos armados pueden hacer que sea peligroso para las niñas asistir a la escuela. Al mismo tiempo, muchas jóvenes tienen que caminar largas distancias para llegar a la escuela, lo que puede ser peligroso si no hay una buena infraestructura de transporte y seguridad. La situación de las niñas en Irak en relación con la educación ha sido complicada en las últimas décadas, especialmente durante la Guerra de Irak y sus consecuencias. Aunque se han hecho esfuerzos para mejorar el acceso de las niñas a la educación, aún enfrentan muchos desafíos.