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Alexis Quintar – La incertidumbre se cierne sobre la vida de cientos de miles de víctimas de crímenes en Estados Unidos, quienes, a la espera de una Visa U, enfrentan un oscuro panorama de miedo a la deportación. Esta es la historia de una madre valiente en Charlotte, Carolina del Norte, cuyo día a día está marcado por el trauma y la esperanza.
Una tarde fresca de otoño en 2024, esta madre de tres hijos decide salir a caminar por su vecindario, sin embargo, su tranquilidad se ve abruptamente interrumpida. Un hombre armado emerge de entre los arbustos, exigiendo todo lo que tiene. Aunque su vida no corre peligro, el impacto emocional la deja paralizada. “No me hizo daño, pero tuve un pico de presión, problemas para dormir y ansiedad, que debí tratar con un terapeuta”, contó la mujer al sitio web Enlace Latino NC.
La Visa U está diseñada para personas como ella, quienes han sufrido abusos físicos o mentales y han colaborado con las autoridades en la investigación de delitos. “La Visa U no solo proporciona un respiro, sino que permite vivir y trabajar legalmente en el país, con la posibilidad de solicitar la residencia permanente más adelante”, explicó un representante de USCIS.
Pero, la dura realidad es que el camino hacia esta visa es un laberinto lleno de obstáculos, con un límite de 10,000 visas U otorgadas anualmente, las solicitudes han superado este número dramáticamente en la última década. En 2024, más de 42,000 personas luchan por una oportunidad que parece inalcanzable, dejando a casi 239,000 víctimas en un limbo legal desgarrador. “¿Quién sabe si en 20 años todavía estaré aquí?”, reflexiona la madre, con la voz entrecortada por la angustia.
El temor a la deportación
Para quienes esperan una respuesta sobre su estatus migratorio, el miedo a la deportación es una sombra constante. “Escuché que si me detienen, o si mi Visa U es denegada, puedo ser deportada”, comparte la mujer con un nudo en la garganta.
En diálogo con el sitio web Enlace Latino NC la abogada Yesenia Polanco subraya que este temor no es infundado. “No hay leyes que protejan a quienes están en proceso de Visa U de ser deportados. En cualquier momento, pueden ser referidos a la Corte de Inmigración”, advierte la letrada. La angustia se intensifica al imaginar ser detenida durante el proceso judicial. “Es una preocupación constante. Si bien la ley debería proteger a los solicitantes, casos de detenciones han ocurrido”, añadió Polanco.
Alternativas en la espera
Sin embargo, hay un rayo de esperanza. Desde junio de 2021, USCIS ha introducido determinaciones de buena fe, lo que permite a algunos solicitantes obtener un permiso de trabajo mientras aguardan una respuesta. Este permiso puede ser un salvavidas durante la larga espera.
Para calificar para la Visa U, los solicitantes deben haber sido víctimas de un acto criminal, sufrir abuso físico o mental sustancial y colaborar con la policía. Conocer los requisitos específicos puede ser la clave para no perderse en este proceso.
Trump y la narrativa del castigo
Desde su primer mandato, Donald Trump dejó claro que la migración no era un tema humanitario, sino un campo de batalla político. La política de “tolerancia cero” no solo se tradujo en redadas masivas o la separación de familias en la frontera; también implicó una reconfiguración legal para cerrar lo que él llamaba “lagunas” en el sistema, como el propio parole.
Cada una de esas 532,000 personas tiene una historia. Un motivo para haberse jugado la vida cruzando fronteras. Una madre nicaragüense que huyó tras denunciar a un policía corrupto. Un joven haitiano que escapó después del asesinato de su padre. Una pareja venezolana que dejó todo para que su hija pudiera caminar por la calle sin temer un secuestro. Muchos encontraron empleo, se inscribieron en escuelas comunitarias, aprendieron inglés, empezaron de cero con lo poco que traían en una mochila.
La situación actual pone de manifiesto la complejidad del sistema migratorio estadounidense y los desafíos que enfrentan aquellos que buscan refugio y una nueva vida. La incertidumbre que enfrentan más de medio millón de inmigrantes es un recordatorio palpable de que las políticas migratorias no son solo líneas en un documento, sino decisiones que afectan vidas, sueños y esperanzas.
La lucha por reformas migratorias
A medida que la crisis de la Visa U se intensifica, legisladores y defensores abogan por reformas que modifiquen el agotado sistema. Aunque se propuso aumentar el límite de visas de 10,000 a 30,000, esta iniciativa se estancó en el Congreso. “Si se amplía la cantidad de visas, sería una oportunidad extraordinaria para muchos”, concluye la madre, con un leve atisbo de esperanza en su voz.
La historia de esta mujer es un reflejo de la lucha de miles de personas en Estados Unidos, donde el miedo a la deportación se entrelaza con el deseo de una vida mejor. La Visa U puede ser un camino hacia la sanación, pero el viaje hacia su obtención está plagado de desafíos que requieren no solo paciencia, sino también un cambio en el sistema que lo regula.