Alexis Quintar- No cabe duda que la Corte de Inmigración de Carolina del Norte, ubicada en Charlotte, es una de las más severas a la hora de deportar inmigrantes. Según un sondeo que se realizó hace unas semanas, este tribunal tiene el porcentaje más alto en órdenes de deportación entre todos los tribunales migratorios de los Estados Unidos. En este sentido, son los ciudadanos de Nicaragua, Brasil, Honduras, Guatemala, El Salvador, México y Venezuela los que poseen las tasas más elevadas de deportación por parte de esta corte.
Según reveló el Centro de Información de Acceso a Registros Transaccionales de la Universidad de Syracuse de Nueva York, la Corte de Inmigración de Carolina del Norte tiene la tasa más alta de fallos que terminan en deportación. Por ejemplo, en el mes de octubre de este año los porcentajes indicaron que el 83.7% de los casos que se presentaron en el tribunal recibieron una orden de deportación. Los estados que siguen de cerca al de Carolina del Norte son: Nuevo México con un 80%, Ohio con 69%, Michigan con 68.5%, Missouri con 64.3% y Texas con 60%.
Para sumar más detalles sobre el rigor con el que trabaja la Corte de Charlotte solo resta observar la reciente investigación que publicó Transactional Records Access Clearinghouse, la cual fue muy reveladora. En dicho informe se puede apreciar el desempeño que tuvo el juez George Riggs quien fue el que más casos de asilos negó. Por ejemplo, Riggs, estuvo al frente de 547 casos de asilo, en donde aprobó solo el 2.3%, y negó el 97.7 %. En contraposición a Riggs, el juez Rodger C. Harris fue el juez que más asilos concedió. En síntesis, la Corte de Inmigración de Charlotte entre el 2016 y el 2021 negó el 90% de los casos de asilo.
Sin ir más lejos, en este nuevo año fiscal la Corte de Carolina del Norte marcó un nuevo récord al tener casi 69.000 casos que están a la espera de una pronta solución. Los tiempos de la justicia en este tipo de cuestiones son muy lentos, puesto que los lapsos de espera para que un caso sea atendido pueden tardar hasta dos años.
Uno de los errores que cometen los inmigrantes es no tener un representante legal que se encuentre a la altura de las circunstancias, ya que en muchas ocasiones, asisten a la Corte sin un abogado. En diálogo con un medio local, la abogada Jordan Forsyth explicó: “Varios factores contribuyen a este porcentaje extremadamente alto de deportaciones en la Corte de Inmigración de Charlotte. Sólo el 22.6 % de los demandados están representados por un abogado y muchos solicitan asilo, aun cuando no tienen un reclamo que califique o no saben cómo presentar su reclamo para calificar para el asilo”.
Miguel, el vivo reflejo de lo que viven los inmigrantes en Charlotte
Uno de los casos que deja en evidencia la dureza de este tribunal a la hora de tratar con inmigrantes es el de Miguel, un venezolano que huyó de su país luego de una serie de incidentes con funcionarios del gobierno. Según publicó el diario La Noticia, el hombre viajó a Florida junto a su esposa y su hijo para buscar un futuro mejor. En el 2016, Miguel se fue a Carolina del Norte, ya que tenía varios familiares en el estado y al poco tiempo se mudó a Charlotte. Ese mismo año, el hombre le pidió al representante legal que tenía en Florida que moviera su caso de asilo hacia Charlotte. A los pocos días recibió una fecha para asistir a la corte de inmigración para ver su proceso, pero en ese momento comenzaron sus problemas.
“La primera vez que estuvimos allí, el juez todavía no había recibido los papeles de la corte anterior en la que estábamos, sin embargo, lo primero que nos dijo fue: ‘ya tengo una decisión sobre este caso, lo voy a negar, pero si quieren seguir, pueden presentar su caso’”, comentó Miguel, quien se negó a que se publique su apellido a un medio local. “El juez tomó una determinación desde el principio, ni siquiera escuchó al fiscal, tomó una decisión antes de que llegáramos a la corte”, sumó el inmigrante.
En la Corte ubicada en Charlotte, los jueces exceden el promedio nacional de privaciones de casos de asilo y entre los magistrados más estrictos aparecen Stuart Couch, Amy Lee, y Barry Pettinato. Cabe señalar que Pettinato es quien lleva el caso de Miguel, el cual luego de una larga lucha legal tomó la drástica decisión de dejar Carolina del Norte y trasladarse junto a su familia al estado de Utah.
En este sentido, Miguel comentó: “La persecución que sentimos con el tema migratorio, a pesar de que teníamos una caso real y fuerte, junto con las redadas que hubo en el estado (durante la presidencia de Donald Trump), nos hicieron sentir desprotegidos en Carolina del Norte”. Igualmente, el inmigrante venezolano añadió: “Aunque no es considerado un estado santuario, la corte de Utah es mucho más amigable. Si debo calificar a la Corte de Inmigración de Charlotte, le pondría un ‘0’ sobre 10, en cuanto a si es amigable con los inmigrantes”.
Otro factor que complica a los inmigrantes en Carolina del Norte
Jordan Grace Forsythe, abogada de la firma Cauley Forsythe Immigration, comentó que en muchas ocasiones los inmigrantes son deportados en Carolina del Norte porque sus casos están mal elaborados. “Hay varias personas en la Corte de Inmigración de Charlotte que han estado en Estados Unidos por más de 10 años y recibieron órdenes de deportación porque un notario, un asistente legal o un abogado sin supervisión en Florida o Nueva York, presentó una solicitud de asilo para conseguirles un permiso de trabajo y luego les prometieron la oportunidad de una ‘green card’ en la corte, cuando no eran elegibles”, sostuvo la abogada.
Al mismo tiempo, Forsyth reveló que otro error esencial que cometen los inmigrantes es no asistir a las audiencias en la corte. En este sentido, la letrada aseveró: “No presentarse (a una cita en la corte) resulta en una deportación, y muchas personas no actualizan su dirección con la corte, por lo tanto, no reciben su aviso de audiencia, o tienen miedo de ir”.
Cabe indicar que algunos de los jueces que forman parte de la Corte de Inmigración de Carolina del Norte habrían sido denunciados por agrupaciones sociales y por varios abogados, ya que la rigidez a la hora de manejar los casos no es comparada con ningún otro estado de los Estados Unidos.
Para finalizar, Forsythe propone una posible salida para este tipo de atropellos que sufren los inmigrantes en Charlotte. “Podría haber una solución si el Congreso aprobara el proyecto de ley, que presentó la representante Zoe Lofgren (H. R. 6577 ‘Real Courts, Rule of Law Act’) que establecería cortes de inmigración independientes del poder Ejecutivo”, argumentó la abogada.
Es muy claro que estas cuestiones no deberían suceder en los tiempos que corren y es urgente un rotundo cambio en las leyes migratorias, ya que estas se encuentran obsoletas. Por esta razón, las cortes de inmigración deben evolucionar y complementarse con el Poder Legislativo porque al final de cuentas son familias de lo que estamos hablando.