Leah Carlson- En un contexto laboral donde para mantener su ritmo de crecimiento las compañías locales buscan reducir la brecha entre los trabajadores en edad de retiro y nuevos trabajadores calificados, los programas de capacitación que combinan educación superior y experiencia laboral son un componente crucial para el entrenamiento de los talentos que las empresas necesitan.
De hecho, según información sobre este tipo de pasantías en empresas, publicada en la página web del Alamance Comunity College (ACC), actualmente hay más de 23 400 planes de estudio de este tipo registrados en todo el país que contribuyen a reducir la tasa de rotación, aumentar la productividad y crear una cantera de nuevos talentos.
Por otra parte, aunque la educación es un activo fundamental, tanto para quienes buscan empleo como para quienes lo ofrecen, el trabajo en el terreno ubica a los estudiantes que participan en estas prácticas de formación en una posición privilegiada a la hora de ingresar a la fuerza laboral.
Un estudio realizado por el Departamento de Comercio de Carolina del Norte reveló que estos programas de capacitación generan un retorno de la inversión del 170% para el empleador; es decir, por cada dólar invertido en los pasantes, los empleadores reciben, en promedio, $1,70 de valor agregado.
La experiencia del Alamance Community College
Los estudiantes que buscan una formación práctica mientras estudian, tienen los planes de estudios que ofrece el Alamance Community College. En 2020 esta institución fue acreditada como patrocinadora oficial de aprendizaje a través de ApprenticeshipNC, la agencia estatal que supervisa este tipo de prácticas estudiantiles en Carolina del Norte.
El centro de educación superior asumió esta responsabilidad con la experiencia de de seis años obtenida con su Programa Acelerador de Carreras (Career Accelerator Program o CAP) que en agosto firma su séptima cohorte. Sobre las ventajas y otros aspectos de los Programas de Aprendizaje del ACC, Burlington Latino conversó con Bettina Akukwe, responsable de los programas de capacitación en la institución.
“Los programas de aprendizaje del ACC comenzaron con la fundación del CAP en 2015. La primera cohorte de aprendices comenzó en 2016. En 2019 añadimos el primer programa de aprendizaje no enmarcado dentro del CAP, y desde entonces no hemos dejado de crecer”, asegura Akukwe.
En el CAP las empresas de fabricación locales, el ACC y el Sistema Educativo de Alamance-Burlington (ABSS, por sus siglas en inglés) trabajan de la mano. El ABSS capta a estudiantes de tercer y cuarto año de secundaria para que asistan al ACC mientras trabajan a tiempo parcial recibiendo un sueldo e instrucción de mentores experimentados en las empresas.
“El ABSS ayuda a las empresas a reclutar candidatos idóneos para el aprendizaje. Las empresas también pueden acudir a los institutos para realizar sesiones informativas, ferias profesionales, etc. El ACC imparte la formación correspondiente a todos los aprendices del CAP. También participa la Cámara de Alamance promocionado los programas en sus reuniones con las empresas”, detalla Akukwe.
Según el sitio en línea del programa, los estudiantes se gradúan después de cuatro años, sin deudas, con un título de Asociado en Ciencias Aplicadas en Tecnología Mecatrónica o en Tecnología de Ingeniería Mecánica, un trabajo garantizado a tiempo completo y un certificado oficial del Departamento de Comercio de Carolina del Norte. En el CAP participan 13 empresas locales y cubre un amplio campo profesional en el que se cruzan la ingeniería mecánica, la informática y la robótica.
Las empresas y el ACC desarrollan y ajustan los currículos en las áreas de conocimiento que se ofrecen para que tanto la educación como el entrenamiento, sean relevantes y actualizados. Asimismo, los estudiantes tienen la opción de transferir los créditos de la carrera a la mayoría de las universidades del estado que ofrecen licenciaturas de cuatro años.
Los graduados completan aproximadamente 8 000 horas de capacitacion (6 400 de trabajo como aprendices y 1 600 de aprendizaje en clase). La matrícula es financiada por el estado y los textos son pagados por las compañías.
Además del CAP, el ACC también ofrece programas de formación en el terreno para adultos de 18 años o más (pueden ser trabajadores recién contratados o activos que quieran afianzar sus conocimientos para ascender en la empresa). Estas prácticas profesionales suelen ser más cortas que las ofrecidas a los estudiantes de secundaria. La matrícula de los aprendices adultos es cubierta por la empresa para la que trabajan o por una subvención.
“ACC es beneficiario de la beca de aprendizaje de Duke Energy/Piedmont Natural Gas Community College, que nos permite cubrir la matrícula, los libros y otros gastos, así como parte del salario de los aprendices adultos”, explica Akukwe a Burlington Latino. “También existen otras vías de financiación disponibles, como la Ley de Innovación y Oportunidad de la Mano de Obra (WIOA, por sus siglas en inglés), becas o nuevos Fondos para Expansión del Aprendizaje otorgados por el estado”, agrega.
Sobre los criterios que determinan las carreras que formarán parte del programa, Akukwe asegura que, ya que estos están dirigidos a la industria, lo más importante para determinar la factibilidad de una carrera son las necesidades del sector. “Frecuentemente las empresas acuden al ACC y plantean sus necesidades de fuerza laboral”, apunta.
“La mayoría de las veces, ACC ya ofrece un programa curricular (Grado Asociado, Certificado o Diploma). Sin embargo, hemos creado certificados específicos para satisfacer las necesidades de las empresas, añadiendo o eliminando materias. Siempre que nos ciñamos a las normas curriculares de la Oficina del Sistema de Community Colleges de Carolina del Norte (NC Community Colleges), tenemos cierta flexibilidad para apoyar a nuestros socios industriales”, puntualiza.
Akukwe destaca que las sugerencias para definir el currículo de formación, se basan en la información del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, el consultor de ApprenticeshipNC y las empresas.
Apoyo estatal
Recientemente la Asamblea General de Carolina del Norte aprobó 12 millones de dólares para la expansión de las pasantías en áreas de alta demanda, los fondos provienen del estado y están siendo distribuidos por NC Community Colleges. “Si un aprendiz es elegible el dinero será enviado directamente a la oficina de negocios de cada colegio comunitario. Las oficinas de negocios son las responsables de distribuir los fondos”.
Entre otras condiciones, para que una empresa pueda ser beneficiaria de esta subvención debe tener menos de 500 empleados y estar ubicada en uno de los 40 condados con más dificultades en términos de bienestar económico (Nivel 1) o en los siguientes 40 (Nivel 2), según la clasificación anual del Departamento de Comercio de Carolina del Norte.
Sobre los requisitos de los interesados en postularse para estos programas de estudio Akukwe asegura que deben tener al menos un diploma de escuela secundaria o equivalente, “una fuerte ética laboral e interés general en la industria a la que se dirigen y, en el caso de la fabricación y los oficios especializados, una inclinación técnica”.
Akukwe destaca que los aprendices son ante todo empleados de una empresa, por ello, si están recién contratados deben cumplir las normas del sitio donde trabajan, entre las que se incluyen una comprobación de antecedentes penales y una prueba de drogas.
Asimismo, recomienda a quienes trabajan en una empresa que ya ofrece un programa de aprendizaje y desean inscribirse, dirigirse al Departamento de Recursos Humanos de la misma.
Formación, empleo y cero deudas
Sobre el impacto positivo de los programas de aprendizaje del ACC para empresas, estudiantes, familias y comunidad en general, Akukwe no duda en señalar que para los estudiantes y sus padres el mayor beneficio es graduarse sin deudas. “Los jóvenes reciben una exención de la matrícula por parte del estado de Carolina del Norte si se inscriben como aprendices antes de su graduación en la escuela secundaria”, detalla.
Además, Akukwe asegura que cuando un estudiante aprende algo en el aula, puede aplicarlo en el trabajo al día siguiente. “Muchos conceptos teóricos tienen más sentido cuando el alumno los ha visto en la vida real”, subraya.
Entre los beneficios para las empresas que ofrecen este tipo de prácticas profesionales en sus instalaciones, se cuenta la oportunidad de darse a conocer presentando su programa educativo en ferias profesionales y visitando institutos e instituciones de educación superior. Además, son empresas que “suelen estar muy involucradas con la comunidad”, puntualiza Akukwe.
Asimismo, la encargada asegura que la tasa de retención laboral de los aprendices es mayor que la de empleados regulares. “Según un estudio del Departamento de Trabajo de EE. UU. de 2016, el 70% de los graduados en programas de aprendizaje se quedan en la empresa. Creo que esta cifra ha descendido desde que inició la pandemia, pero sigue estando muy por encima de las tasas de retención regulares”, concluye.
Finalmente, hay muchas opciones para los interesados en conocer más sobre estos programas de capacitación. En este sentido, Akukwe recomienda visitar el sitio en línea dedicado a estas prácticas profesionales, comunicarse al (336) 532-5034, a su correo electrónico: bettina.akukwe@alamancecc.edu, conectar con ella a través de http://www.linkedin.com/in/bettina-akukwe o bien programar una reunión través de https://calendly.com/bettina-akukwe