Foto: Maxi Benbassat
Francisco Machalskys- Tras sortear los diversos problemas que obligan a miríadas de personas a tomar la dura decisión de abandonar sus países de origen hacia destinos que brinden un mínimo de seguridad -en nuestro caso, Estados Unidos de Norteamérica-, la principal preocupación para la población migrante ronda en torno al tema de la obtención de estatus legal, elemento catalizador de un proceso de integración social sano y fluido que garantice el desarrollo y la consolidación del país como superestructura social fuerte y productiva.
En torno a ese tema en particular, se cuentan por millares los inmigrantes, provenientes de diversos países y continentes, quienes deben afrontar una dura batalla de hasta décadas para obtener una identificación que les permita contarse como miembros útiles y trabajar, pagar impuestos, garantizar educación de calidad a sus hijos, y acceder a servicios de salud, entre otros derechos fundamentales.
Conscientes del aporte productivo representado por el sector migrante, diversas organizaciones de corte humanitario vienen impulsando programas de integración alternativos que permitan a los migrantes contar con una identificación básica al tiempo que sus procesos personales de papeleo legal toman su curso, no siempre de la manera expedita deseada.
Tal es el caso de FaithAction ID, que junto a sus socios han proporcionado durante los últimos 8 años más de 30.000 tarjetas de identificación a nuevos inmigrantes y refugiados que no tienen un documento emitido por el gobierno. El beneficio también alcanza a personas sin hogar, ancianos e individuos que recientemente han salido de la cárcel, destaca el sitio oficial de la organización.
Para ayudar a la mayor cantidad de personas crearon FaithAction ID Network, instancia compuesta por organizaciones sin fines de lucro, comunidades religiosas y grupos comunitarios en numerosas ciudades de todo el país que han sido capacitados para utilizar el mismo modelo de FaithActionID. Los socios operan en Carolina del Norte y del Sur, así como en Florida, Virginia, Iowa, Ohio y Oregón.
Junto a FaithAction participan otras organizaciones en el desarrollo de este programa de identificación alternativa, como la Liga Hispana, FaithHealth NC, El Centro Hispano, y al menos otras cinco asociaciones humanitarias más.
Según la página web de la asociación Clinic Legal, de orientación y ayuda legal para inmigrantes, este programa ha captado la atención nacional en cuanto a la tarea de proporcionar cierta forma de representación a la población migrante, así como incentivar su acercamiento a la policía y otros centros legislativos, como los Centros de Ayuda en Contra la Violencia y Sexual, por citar solo alguno.
Tal ha sido el impacto positivo de esta herramienta de identificación alternativa, conocida en los estados involucrados como la Red Card -o Tarjeta Roja, dada su presentación unicolor, portando el nombre de la persona identificada- que el departamento policial la ha aceptado como forma de identificación aprobada, y se viene aceptando corrientemente a la hora de formalizar la inscripción de los hijos en la Escuela. También es aceptada en diversos centros de salud y, recientemente, varias asociaciones culturales y agrupaciones privadas proveen beneficios a sus portadores en materia de entrada a museos, hoteles, y otros establecimientos.
En el otoño de 2015 la legislación de Carolina del Norte emitió la Ley HB 318, que prohíbe a los empleadores gubernamentales y a las agencias de empleo el aceptar tarjetas de identificación comunal. No obstante, al menos 16 agencias de empleo, junto a otros empleadores particulares, dicen aceptar esta forma de identificación.
Asimismo, la Asamblea General de Carolina del Norte viene proponiendo desde hace tres años consecutivos la prohibición absoluta de la llamada Tarjeta Roja por estimular, según este cuerpo ejecutivo, el crecimiento de la inmigración legal. De hecho, tal petitorio fue introducido en el Senado de Carolina del Norte, en espera de su sanción.
Sin embargo, para el jefe policial Jeffrey Smythers, quien cuenta con una experiencia de 27 años de trabajo con comunidades migrantes en Arizona, resulta más positivo establecer lazos con la comunidad migrante, especialmente la latina, como una forma de control y de administración de justicia, al menos alternativa. “De esa manera evitamos llenar nuestras cárceles con personas que no tienen que estar en ellas”, agrega.
En tal sentido, más allá del propósito de proporcionar una identificación alternativa y representativa “a personas que ni siquiera cuentan con un pasaporte”, como explica Chatty Majoni, alta representante de FaithAction, el programa además otorga presencia al ciudadano migrante en materia de acceso laboral, alimenticio, habitacional, y defensa en casos de violencia doméstica o sexual. Tal como afirma Majoni, el programa abarca a personas de unos 60 países.
Si usted encuentra provechoso y de interés este programa de ayuda, y desea participar de éste, por favor contacte al equipo de FaithAction a través del teléfono (336) 379 0037, donde puede solicitar atención en inglés, español, francés, árabe o vietnamita. Es necesario concertar cita previa de su próximo plan de identificación o cualquier de sus programas por vía telefónica, toda vez que los contactos personales se encuentran aún restringidos por la contingencia generada por el Covid-19.
